SUSTANCIAS ENTEÓGENAS: LA DMT

Forma molecular de la DMT. Imagen de www.spiritmolecule.com

LA DMT EN LA NATURALEZA

 La dimetiltriptamina -o DMT- es un compuesto químico sencillo muy habitual en la naturaleza, tanto en plantas como algunos animales, incluyendo algunos tipos de corales. Se conocen ya tres tipos de mamíferos capaces de sintetizarla, incluyendo el Ser humano. Por otro lado, animales como el conocido 'sapo de sonora' son capaces de sintetizar sustancias análogas, como la 5-MeO-DMT; de efectos psicodélicos similares.
 La producción endógena de DMT fue descubierta en 1965, por los alemanes F. Franzen y H. Gross; quienes lo encontraron tanto en la sangre como la orina humana, junto a otra sustancia con efectos psicodélicos como la bufoteína. Cabe decir también que sus estudios fueron refutados cuatro meses después, poniendo en duda sus métodos.
 Por su lado, el químico y psicólogo húngaro Stephen Szára fue uno de los principales exponentes de su estudio. Cuando, cuarenta años después, se reiniciaron los estudios sobre los efectos de la DMT en el Ser humano, una de las bases del estudio era comprobar si esta sustancia, generada de manera endógena de manera irregular, podría ser la causante de enfermedades mentales como la esquizofrenia.
 
 

 En 2013, por fin un estudio logró demostrar que, al menos en el caso de la rata, la producción de DMT se producía en la glándula pineal; probándose la evidencia de la posibilidad de segregacion de esta partícula por el denominado cerebro mamífero.

 Su fórmula molecular es muy sencilla, casi idéntica a la del triptófano, un componente fundamental de nuestra alimentación. Es por ello que esta molécula podría ser sintetizada, no sólo dentro de nuestro cerebro -seguramente en la glándula pineal (Rick Strassman, 1991); sino que, otros órganos como el corazón o el hígado podrían a su vez ser capaces de sintetizar esta molécula en algún momento.

 Strassman, dentro de los resultados de sus estudios, sugirió que, probablemente, la DMT aparecía en nuestro organismo especialmente en determinados momentos de nuestra vida; como podrían ser:
- Durante la decisión del sexo, a los 49 días de gestación; momento en el cuál, aparece además, la glándula pineal.
- Durante el momento del nacimiento. Según el dr. Strassman, cabría incluso la posibilidad de que éste fuese el motivo de que, personas nacidas por cesárea, tuviesen mayores dificultades a la hora de tener experiencias con DMT.
- En momentos esporádicos de nuestra infancia, hasta los cuatro o cinco años de edad.
- Durante las fases más profundas del sueño.
- En las experiencias cercanas a la muerte; y en el momento preciso del fallecimiento.
 Además, el dr. Strassman, después de cientos de experiencias llevadas a cabo bajo su tutela, llegó a la conclusión de que, probablemente, la generación esporádica de DMT podría ser la causante de las experiencias místicas espontaneas o de las experiencias en las que los sujetos dicen haber sido víctimas de una abducción alienígena.

 Éstas son algunas de las fuentes naturales de DMT más conocidas en la actualidad:
- La raiz del árbol mimosa hostilis, frecuente en América Latina.
- La raiz del árbol mimosa tenuiflora; primera planta donde fue descubierta, por el brasileño Oswaldo Gonçalves de Lima en 1946. También se la conoce como jurema preta.
- Raíces y lianas del árbol banipterosis caapi.
- Corteza del árbol Virola (como segundo alcaloide, por detras del 5-MeO-DMT).
- Cortezas, vainas y frijolas de los árboles Anadenanthera peregrina y Anadenanthera colubrina (utilizado para hacer Yopo) (también como segundo alcaloide, por detrás de la bufoteína).
- En algunos hongos aparece la psilocina, sustancia precursora de la psilocibina, famoso alcaloide principal de los hongos mágicos. La psilocina (4-hidroxi-DMT) es una sustancia muy cercana a la propia DMT.
- Un tipo de coral blando, denominado Alcyonacea. También se le conoce como gorgonácea.
- Algunos tipos de líquenes.
* Sólo en plantas, se ha localizado DMT en más de 50 tipos, de más de 10 familias diferentes.


CONSUMO DE DMT

 La DMT aparece en rituales chamánicos que se realizan desde tiempos inmemoriales en América Latina -especialmente en la zona del Amazonas-, en forma de la popular infusión llamada ayahuasca. Sin embargo, para que la sustancia haga su efecto, es necesaria la intervención de otras plantas en la infusión, cuyos componentes permiten la libre circulación de la DMT por el cuerpo. Esto sucede al bloquearse la actividad de aquellos aminoácidos cuya función específica es la eliminación de la dimetiltriptamina en nuestra sangre. Si no fuese por estos aminoácidos -denominados MAO-, quizás tendríamos permanentes alucinaciones en nuestro día a día, así como una enorme dificultad para poder llevar a cabo nuestra vida. Estos aminoácidos se generan en el estómago, por lo que el consumo de DMT de manera ingerida, sin la influencia de estas otras plantas, hace que la molécula resulte inocua para el organismo. Dentro de estas otras plantas necesarias, podríamos mencionar las harmalas, a menudo también utilizadas para las experiencias con humo/vapor, con el objetivo de lograr una experiencia más prolongada.

 Por otro lado, tambien se puede extraer la DMT de la raiz o la liana de determinados árboles, como la mimosa hostilis. De este modo, la molécula aparece en forma de polvo cristalino de color blanco -o amarillento, en caso de arrastrar otros alcaloides-, el cual puede ser consumido en forma de humo o de vapor. Es lo más habitual hoy en día, especialmente en Occidente.

 Por supuesto, también se puede consumir de manera intravenosa, pero esto sólo sería recomendable hacerlo con motivos de investigación, con supervisión médica, y con los medios adecuados para afrontar una posible mala reacción. Aunque la DMT no es una sustancia tóxica para el organismo, nuestra reacción sí que podría llegar a ser peligrosa; llevándonos, en el extremo, a subidas de tensión, espasmos, y fuertes contracciones.
* Hasta el momento, nunca he encontrado un caso de muerte por consumo de DMT. Sin embargo, ningún autor descarta esta posibilidad.
* Sobre todo lo descrito, existen estudios detallados, relatados en la obra 'DMT - La molécula del espíritu', escrita por el doctor Rick Strassman durante sus investigaciones en los años noventa.

 Las dosis recomendadas, como siempre, dependen del peso del individuo; éstas pueden variar, desde una moderada (0.2mg/kg) hasta una fuerte (0.4mg/kg), siendo éstos los baremos para una dosis directa o 'intravenosa'. Para su consumo en humo, la dosis habitual podría aumentarse hasta en un 25%. Esto quiere decir que, para una persona de unos 80 kilogramos de peso, una dosis fuerte rondaría los 40 miligramos de DMT.
Por último, si se va a consumir en forma de vapor -yo recomiendo los aparatos Volcano y Myghty-, puede ser recomendable subir la dosis en otro 25%, ya que el vapor se genera más lentamente que en el caso de la combustión, y su consumo es más prolongado y suave; menos vertiginoso, pero a la vez, menos potente. Esto último es una apreciación personal.


  Sus efectos son inmediatos, pues el cerebro absorbe la sustancia del mismo modo que lo hace con la glucosa. Esto quiere decir que, por algún motivo, nuestro organismo actúa como si la DMT fuese 'combustible' para nuestro cerebro, enviando esta molécula hacia allí en el momento exacto en el que es detectada. El viaje que produce suele ir de los cinco a los veinte minutos de duración media; y se considera la experiencia psicodélica más fuerte que existe.





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